Partamos de un hecho cierto: en la mayoría de los casos el emprendedor no viene del área financiera. Y esto seguramente sea así por la aversión al riesgo que, generalmente, desarrollan los financieros a lo largo de su carrera. De esta manera, los emprendedores, buenos conocedores de su profesión o de su sector, suelen tener carencias en el área financiera, siendo este –quizá- el mayor factor de fracaso de una buena idea empresarial, con lo que supone de riesgo patrimonial y personal para el emprendedor. Por esto, es necesario el consejo de un financiero, ya sea pedido a un amigo o pagado a un profesional. Y debe considerarse como una inversión antes que como un gasto, tanto en el aspecto del dinero como del tiempo empleado. A este asesor se le tiene que pedir consejo respecto de las fuentes de financiación y que proponga aquellas instituciones financieras, entes, inversores, etc. que más se acomoden a la start-up. Es evidente que el asesor financiero deberá estudiar y comprender la idea de negocio, el sector y -lo que es más importante si cabe- la personalidad e idiosincrasia del emprendedor, para adaptar todas las técnicas financieras a lo que el emprendedor necesita.
Objetivo: financiación
El resultado debe ser un buen Plan Financiero necesariamente desarrollado conjuntamente entre el asesor y el emprendedor. A pesar de la pereza que, por experiencia, sé que provoca en éste y que hay que superar. Pero este buen plan financiero deja de serlo si el emprendedor no lo comprende y hace suyo hasta el punto de ser capaz de modificarlo. La utilidad del Plan es evidente: se podrá usar para lograr financiación, ayuda al emprendedor a comprender mejor las variables de su futuro negocio, es una herramienta para ver las desviaciones tanto en números como en planteamiento de su concepción inicial (ayudándole a reflexionar). Por último, si el plan es ágil y versátil se convierte en unaherramienta de control de gestión a futuro, pues debe perdurar en el tiempo y usarse a tal fin. Ya iniciada la actividad, el consejo de un llamémosle experto, respecto de los sistemas administrativos y de control siempre es útil pues no sólo puede aportar sus conocimientos y experiencia, sino también la perspectiva necesaria para ver los árboles del bosque. A modo de conclusión, diré a los emprendedores que toda ayuda es poca en esta etapa tan difícil que se pasa hasta que la empresa se consolida. Diré también que tener una buena idea, los conocimientos de la actividad, los clientes, etc. no garantiza el éxito si no se tiene bien atado este aspecto de una empresa. Todo esto es lo que yo, como financiero, haría. Aunque soy muy consciente de que los emprendedores se ponen en marcha y van desarrollando el negocio y salvando dificultades según va respondiendo la actividad. Pero, claro, yo soy financiero.